Sobre nosotros

En 1988, Alparamis abrió sus puertas como vivero, en el tradicional caserón de Olivos, en Av. del Libertador 2229.

Al siguiente año, en una mezcla de azar, oportunidad y magia, nos suspendieron un pedido muy grande de pinos. Por falta de lugar, los empezamos a acomodar en la calle para su venta. Como era vísperas de Navidad, decoramos algunos con moños rojos. Grande fue nuestra sorpresa cuando la gente se acercaba a comprar los adornos, que muy pronto se agotaron.

Fue así que en 1990, Alparamis se convirtió en una Aldea Navideña con su cielo estrellado, las casitas cubiertas de nieve y un sinfín de muñecos móviles que fascinaban a los visitantes. A partir de 1994, nos fuimos convirtiendo en la Aldea Mágica, incorporando otras tradiciones para festejar todo el año. Y en nuestra búsqueda permanente por hacer especial la visita de nuestros clientes, en 1996 incorporamos el Teatro Mágico que pronto se convirtió en la diversión de chicos y grandes.

Hoy, entrar a Alparamis es entrar a un mundo mágico, un viaje a la imaginación donde todo es posible. Trabajamos todos los días para que todos los que nos visiten vivan una experiencia inolvidable.